Pareja de la ciudad de La Plata

Nuestra vida hoy no podría ser mas feliz, estamos esperando ansiosos a nuestro primer bebé, que llegará dentro de pocos meses.

Hasta aquí, pareciera ser la historia de cualquier pareja, pero no fue tan sencillo ni fue el camino tan fácil.

Siempre supimos que deseábamos tener un bebé, es así que después de nuestro casamiento nunca nos cuidamos, pero tampoco nos obsesionamos con la idea. Pasaron tres años y decidimos hacer una consulta. A partir de allí, y por dos años, análisis, ecografías se sucedieron, pero la respuesta a nuestro problema no llegaba.

Un día casi sin querer, escuchamos hablar de Gestar y decidimos acercarnos, fue así que en julio del 2004, después de 2 meses de análisis, nos encontramos al fin con un diagnóstico certero del problema, pero también con la solución y fue inmensamente gratificante saber que había una solución y que sólo nos faltaba decidirnos a hacer el tratamiento.

La primera vez que lo intentamos fue difícil ya que hubo muchos nervios, a pesar de estar informados de todos los pasos a seguir, pero fue bárbaro sentirse acompañados en todo momento antes, durante y después del tratamiento sobre todo cuando los resultados no fueron los esperados.

El hecho de no sentirnos solos, de sentir que el dolor y la desilusión fueron compartidos por todos los que participaron del tratamiento, nos ayudo y estimulo a intentarlos las veces que fuera necesario.

Recién en nuestro cuarto intento, con las esperanzas intactas recibimos la noticia del embarazo y casi inmediatamente todo el esfuerzo los horarios de los medicamentos, las inyecciones y las ecografías quedaron atrás. Era sin dudas el camino que había que recorrer para llegar a lo que tanto queríamos.

Y hoy, mirando la carita de nuestra bebé en la ecografía, le damos las gracias a Dios por habernos acompañado en el proyecto más importante de nuestras vidas y por guiarnos hacia el lugar correcto donde conocimos las personas más cálidas y los mejores médicos y especialistas.

Gracias a Pía y a todo su equipo por hacer realidad nuestro sueño.

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