Somos María y Julia

Desde que estamos juntas siempre tuvimos el deseo y el sueño de conformar una familia y completarla con hijos. La confianza nos invadía, sabiendo que al ser dos mujeres teníamos el doble de opciones y chances de éxito. La sanción de la Ley de Fertilidad nos completó esa confianza y esperanza, eliminando algunos de los obstáculos, y nos dio mayor impulso a iniciar el recorrido. Durante 8 años nos dedicamos a preparar nuestro nido, el hogar que daríamos a nuestros hijos... trabajamos mucho sobre el proyecto de tener una casa propia y dejarla en buenas condiciones para albergar y criar un bebé. Y cuando vimos que ese primer sueño se estaba cumpliendo, nos decidimos a emprender la búsqueda...

Desde un comienzo, muchas dudas, muchos miedos. Estudios y más estudios, elegir quién intentaría primero... por donde comenzar? Iniciamos nuestro camino en una clínica de fertilidad de La Plata; la obra social nos envió a un centro específico y al solicitar un turno nos asignaron un médico del lugar. Los estudios básicos que hicimos dieron buenos resultados y encaramos una IAD (inseminación intrauterina asistida con semen de donante). Con el primer resultado negativo nos sentimos muy tristes pero nos dio el entendimiento de que no era un proceso simple y que hay muchas cosas por aprender e incorporar. Empezamos a informarnos y ahondar en el mundo de (in)fertilidad que desconocíamos por completo. Aprendimos muchos términos, nos daba miedo la medicación, cada pasito era muy intenso. Recorrimos mucho tiempo y otras dos inseminaciones con resultado negativo. Vivíamos el proceso con miedo y con mucha tensión... cada negativo era cada vez más triste y empezaba a costar salir adelante. Empezamos a dudar sobre cómo continuar... nos preguntamos si entonces habría algún motivo de infertilidad... hasta ahora no teníamos ningún diagnóstico ni examen con resultados dudosos.

En una visita a nuestra médica endocrinóloga, Dra Paula Ricciardi, le pedimos que nos ayudara, qué más podíamos hacer? fue entonces que nos recomendó Gestar, donde ella también trabaja, y nos contó de su gente y nos dio referencias de algunos de sus médicos. Nunca habíamos oído de Gestar, pero sentimos que había que intentarlo, que un cambio nos haría bien. Así fue que llamamos y pedimos un turno con la Dra Virginia Martin. Tampoco la conocíamos... la primer consulta fue un aire renovador, por primera vez en dos años salimos de un turno con una sonrisa en el rostro y con esperanza en el corazón. La frescura, honestidad, compromiso y transparencia de Virginia nos hizo sentir contenidas, acompañadas y sobre todo esperanzadas. Y todas las chicas de la administración del centro acompañaron esa sensación con una atención excelente, con calidez y comprensión. Tuvimos que recorrer un nuevo camino, nuevos estudios, y una cuarta IAD negativa... entonces decidimos pasar a fertilización in vitro.

Mil miedos nuevos! cómo llegamos hasta acá? Por suerte contamos con Virginia, y con un recorrido hecho, para afrontar este desafío nuevo. Otro tipo de procedimiento, otra medicación, otros miedos... pero con esperanzas y fuerzas renovadas. No olvidaremos jamás todo lo que vivimos cuando recibimos el informe de la beta positiva... y corrimos a hacer un evatest, como para que "alguna vez lo viéramos dar positivo"... y así fue, y esa beta creció y creció!

Fue difícil, pero por siempre sabremos que valió la pena... que todo el recorrido valió la pena... Hoy esperamos a nuestro bebé, "el más deseado del mundo", lleva 15 semanas empollando y creciendo... Gracias Gestar por todo lo que hicieron por nosotras! Y un agradecimiento especial a Virginia, siempre estarás presente a cada pasito que nuestro bebé vaya dando cuando crezca, recordaremos siempre cuánto nos ayudaste.

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